Sanando las Heridas del Pasado
El pasado puede dejar marcas profundas en el corazón. Heridas emocionales, traumas y errores pueden convertirse en cargas que afectan nuestra identidad y nuestras relaciones. Sin embargo, la consejería cristiana ofrece un camino de sanidad a través de la gracia y el amor de Dios.
El Peso del Pasado
Muchas personas cargan con heridas emocionales que provienen de la infancia, relaciones rotas, fracasos o experiencias traumáticas. Estas heridas pueden generar miedo, resentimiento, culpa o baja autoestima. Sin una verdadera sanidad, el pasado se convierte en una prisión que impide vivir con libertad.
El Poder de la Sanidad en Cristo
La Biblia nos recuerda que Dios es nuestro sanador: “Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas” (Salmo 147:3). En la consejería cristiana, el proceso de sanidad implica:
- Reconocer el dolor: No se trata de ignorarlo, sino de llevarlo a la luz de Dios.
- Perdonar: El perdón es clave para la libertad. No significa justificar el daño, sino soltar la carga.
- Renovar la mente: A través de la Palabra de Dios, se reemplazan las mentiras del pasado con la verdad de Cristo.
El Papel del Consejero Cristiano
El consejero cristiano es un instrumento de Dios para guiar a las personas en este proceso. Su labor es:
- Escuchar con compasión y sin juicio.
- Ayudar a la persona a ver su identidad en Cristo.
- Orar y confiar en la obra del Espíritu Santo.
Un Nuevo Comienzo en Dios
Sanar no significa olvidar, sino recordar sin dolor. En Cristo, somos nuevas criaturas (2 Corintios 5:17). A medida que entregamos nuestras heridas a Dios, Él las transforma en testimonio de su amor y restauración.
Conclusión
Las heridas del pasado no tienen la última palabra. Dios es especialista en restaurar lo que ha sido quebrantado. A través de la consejería cristiana, podemos encontrar sanidad, perdón y una nueva oportunidad para vivir en la paz que solo Cristo da.

Amén
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